viernes, noviembre 24, 2006

Lecturas Noviembre/2006

*Volver a leer - Mempo Giardinelli
*Los días de la sombra - Liliana Bodoc (por fin lo he acabado)
*Historias extraordinarias - Roald Dahl (relectura)
*Los sueños del sapo - Javier Villafañe
*Puerca tierra - John Berger (también relegado y del club de los porfines)
(ahora queda... Los días del fuego (de la Bodoc), Una vez en Europa, Lila y Flag (últimos de la trilogía de Berger)

Por cierto... apuntes de esta semana

*Le han salido tres flores al jazmín y aunque la higuera se secó, nació en su lugar una palam palam.
*Ha llegado el Monster de méxico (a ver si me canta algo para mi cercano cumpleaños)
*El jueves salió el arco iris (que chifle el que se dio cuenta!!)
*Son cinco años de matrimoniada!!

domingo, noviembre 19, 2006

Algunos rostros

Traspasos 2/ Lunes encapotado

Hoy, desde el ventanal enorme - y siempre cerrado - de mi oficina, pude ver cómo el cielo se encapotaba. Primero, bien temprano, apenas se encienden los ordenadores y te duelen los ojos del llanto del domigo, el cielo enrojecía las primeras nubes.Fue un espectáculo estrafalario y delicioso hasta que mi jefa bajó de un tirón los papeles que hacen las veces de cortinas. No vaya a ser que se distraigan y dejen de introducir albaranes y facturas con la eficacia de un pez. Más tarde y aprovechando un descuido de mi compañera, icé nuevamente la papeleta pero el sol del mediodía resecaba sus pieles - sólo acostumbradas a la resolana que se deja ver entre los toldos de las tiendas cuando se van de compras - y censuraron mis ganas. Fue sólo después, cuando las dos de la tarde acobardan los dedos cansados de tanto absurdo traqueteo que ellas - ya sin el sentido claro - no advirtieron otra vez mi último intento. Fue un movimiento rápido y eficaz. Allí estaba mi cielo. Entonces todas quedaron en silencio: el espectáculo era nuevamente delicioso, las nubes compactas y metálicas amenzaban lluvia y aunque fuera porque se habían olvidado el paraguas o porque se les mojarían los tacos de cuero puro comprados en rebajas en Passeig de Gràcia, aunque fuera porque aquella misma tarde irían a la peluquería o porque habían tendido la ropa o porque no podrían salir a su fuquin futin (sic.) habitual para bajar esos gramos que asoman debajo del ombligo, lo cierto fue que dejaron la cortina abierta y yo y mi felicidad disfrutamos en grande de nuestro cielo encapotado.

domingo, noviembre 12, 2006

Traspasos 1 (de antiguos sitios a nuevos)

"Ventajas del exilio para el escritor", dice Andrés Neuman: "Una parte de su memoria queda acotada con tanta precisión que le es posible narrarla como si fuera póstuma"Yo voy a decir que como si fuera de otro como si otro narrara por uno las sensaciones que no puede dejar de sentir y uno sabe, además, que no sería así como las narraría.Pasear por las calles de mi barrio no tiene nada de mítico ni de melancólico. Los colores han cambiado y los grises entre protestas por la cola para el tren, por una viejita no puede contar su dinero o porque hablá más fuerte que no te escucho. Las palabras se resbalan de las comisuras de los labios cortados artificialmente por sus lados para simular una sonrisa que nunca tendrán. Y el voseo, que allá, del otro lado era un signo de pertenencia, un territorio lingüístico - el único - traído como patrimonio esencial de lo que era, acá se desperdicia y ensucia las calles como el caño roto de la PLaza Roca que nadie se pone arreglar.Pero está la gente. Esa manera blanda de aparecerte en la esquina y ese miedo clavado en la punta de los ojos acompañado por una arraigada desconfianza en el hermano. La gente y sus carteles domésticos de "se enseña inglés", "arreglo televisores", "se hacen tortas por encargo" devuelven la calidez de la Argentina casera, hecha en casa con lo que me sobró de anoche. Por eso, al acostarme, cansada aunque no haya hecho mucha cosa, me duelen los ojos de absorber mirada y me duele la mirada de reimpresionar las imágenes que había dejado atrás en mis retinas agotadas.