sábado, febrero 10, 2007

Etiquetada lo que se dice...

Y bien, a todos nos llega algún día. A mí me llegó la noche del jueves pasado y en cuanto leí que mi destino se torcía, no tuve más remedio que acceder al blog y confesar mis seis rarezas más... públicas:

1.- Hace muchos años, leí en un libro de duendes y hadas, que está confirmada la teoría acerca de la experimentación de estos pequeños seres con los humanos. Se decía que los duendes suelen colarse entre la gente, tomar prestados niños y poner un niño duende en su lugar (lo mismo con adultos); desde entonces me persigue una extraña obsesión, busco rostros de humanos con rasgos de duendes ¡y encontré millones!; si hacen la prueba, verán que no son delirios after hours sino que es cierto, hay mucha gente entre nosotros con rasgos de duendes... o muchos duendes... en fin.

2.- Me encantan las especias. Tengo la alacena llena de frasquitos con las especias más exóticas que voy recolectando por todo el mundo, las huelo, las toco, las reconozco, pero soy incapaz de mezclarlas con acierto en las comidas: o mucha sal, o mucha pimienta, o mucho cardamomo o mucho cilantro... en fin.

3.-También producto de la lectura de años anteriores (no diré ni título ni autor, verán todos tenemos ciertos deslices en la vida adolescente, [como leer Jean Plaidy (sic) desesperadamente a la hora de la siesta e ir con la bicicleta a comprar más a la tienda de usados cuando acababa el libro], el que sepa de qué libro hablaré ahora, esbozará una sonrisa solapada, no sea cosa que otros descubran que también ha leído...). Decía, que después de cierta lectura, me tiraba en el pasto de alguna plaza o alguna casa quinta a disolver nubes; tal como rezaba el libro, les pedía que se deshicieran, les tiraba rayos de sol (!) para que se disolvieran ¡y se iban! era increíble y me lo creía... lo cierto que a veces vuelvo a hacerlo (¡y vuelve a suceder!)... en fin.

3.-Siento obsesión por las estrellas fugaces (la otra noche en Rucacheroi, conté 11... ¡y vi el cometa!)

4.- Soy titiritera.

5.- Cuando voy en el colectivo, que por lo general está a rabiar de gente, me paro delante de alguien a quien estudio con la mirada y determino (según vestimenta, actitud, tipo de lectura, etc...) dónde se bajará. Si descrubro que probablemente se baje en el mismo sitio que yo, pues nada, cambio de lugar, busco a otro que tenga pintas de bajarse antes así me siento y puedo leer.

6.- Me crecen demasiado rápido las uñas (¡es un fastidio!)


Voy a etiquetar a Carlos, Graciela, Papá y Martín (mismísimus)