domingo, diciembre 24, 2006

Personajes/La dama pixelada

No se puede decir que sea especialmente bonita, ni que su porte, su caminar, su forma de mover las manos. Pero puede decirse que en ella se resumen todos los colores (que ya es decir mucho) y que es capaz de estar aquí y estar allá vestida distinto pero siendo la misma. Todos la conocen pero nadie ha podido hablar con ella (aunque muchos se jacten de haberlo hecho). Lo cierto es que su palabra deconstruida resuena en todas las esquinas de este barrio adonde lleva todos sus colores. El que tenga capacidad de síntesis puede llegar a percibir sus ojos en el negro desacompasado de la noche porteña: no sé si han notado lo extrañas que son las noches aquí, los colores... siempre se expanden. A ella le pasa un poco lo mismo. El que tenga una preguntar
cierta y acepte la quimera de las respuestas, quizás puede ver el color del nácar de sus uñas, envejecido, en las baldosas flojas de la calle Alvear. La dama pixelada está aquí y donde vos estás leyendo. Esta con su rojo aquí y su azul cerca tuyo, con su cyan en la otra punta del tablero y su blanco, donde estás por mover las piezas. La dama pixelada está aquí, mirando sobre mi hombro lo que escribo y asintiendo.

2 comentarios:

Fabián dijo...

Con las imágenes pixeladas ocurre lo mismo que con muchas situaciones cotidianas, hay que alejarse un poco para poder ver mejor. Y te dejo antes que la mujer pixelada, que espia tambien sobre mi hombro, me haga escribir cualquier otra cosa.

Anónimo dijo...

EL PIXEL ME ATORMENTA
camino por la calle desacostumbrada, mirando los malvones que corroen en el verano rosarigasino. Mi perro aulla silabas de rojos melones, espantando las vicisitudes del tiempo. Bizarros pixeles me rodean, punzando los cojones del alma.
Saludos!!!