domingo, octubre 16, 2011

Y también el infinito/1

No se enamore nunca de ninguna mujer salvaje. No hay que entregarle el corazón a los seres salvajes. (Truman Capote)


15 de marzo 2001


Y el hastío, el lúgubre, pesado, irresoluble hastío. La fuerza del cinismo que se apodera de las manos, de los ojos que antes miraron con la fuerza de la pasión y que hoy están cansadas, hartas del mundo que se te rompe en el tímpano. El mundo sigue sin vueltas, sin tuercas, el mundo entrenado para deshacerte en mil pedazos, elecciones y juegos.

La gente desaparece, rompe puentes apenas esbozados, rompe figuras desprendidas de sueños. El hastío, qué terrible juego es, casi la nada, casi la necesidad de nada.

Se te destruyen los dientes cuando chilla el hastío con un silencio paradójico. Y vos, del otro lado de la inercia, jugando a que sos otra, a que sos distinta a que tenés una sintonía diferente, jugando a que no cometiste errores, que nada te afecta y sin embargo, no pudiendo disimular que todo se trata de un juego.

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