viernes, mayo 12, 2006

Epitafios de Medianoche - Cap. 6

Aquí comienzo a fabular. Soy incorregible. Lo hago aunque sepa que estos encuentros no significan nada. Armo mis tramas con estos materiales, sin advertir lo cruel de fundarme como personaje. No de otra manera podría existir. Y todo conduce, por supuesto, a la gran farsa de todas las ficciones rosas, según las cuales deberíamos creer en la felicidad humana, suspirando al mismo tiempo que cerramos el libro. ¡Cómo nos han engañado, mi querido lector! Nunca lo creas. Siempre anda rondando por ahí, la máscara apaciguadora, la de la nulidad. Y nosotros somos sus monigotes, sus rostros sin forma. Están por todos lados, se venden a montones y someten a la imposibilidad de resolver los otros finales. Aquí comienzo a fabular, y pienso en ese hombre y en sus versos, y es que hoy no me queda otra que reducirme blandamente al espesor de una ficción mugrienta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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