viernes, mayo 05, 2006

Epitafios de Medianoche - Prólogo




Quiero decir que en la muerte no opera la afonía. Que allí el silencio es tan falso como lo es en cualquier otro lugar. Quiero decir que cada noche, y solamente por castigarme, una turba incesante de palabras busca refugio entre mis manos y no puedo rechazarlas. Las hago mías en cuanto se presentan y después viene el martirio. Porque esas palabras sólo son la gran bufonada del silencio que, también es una bufonada: la de lo imposible. Por lo tanto voy a valerme de la imposibilidad de ser silencio y a narrar el lugar desde donde partió la oscuridad. También quiero creer que todos ellos no están muertos y que esta inútil forma de alzarme sobre el lenguaje no es más que un intento por profanar la agudeza del silencio que se ha generado entre nosotros. Mi muerte sin embargo continúa con su cántico, por eso estoy fuera de ellos, porque la inefabilidad me persigue. Ellos fueron derrotados por eso callan. Yo no me resigno a quedarme sin algún imposible, por eso continúo dando batalla con mis ajadas palabras.

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